Hoy he descubierto que hay manos que tienen poderes mágicos. Que amansan a los demonios de mi cabeza y que me da miedo soltarlas. Jamás pensé que el contacto con otra persona fuera a detener mi mundo, ese que se mueve tan frenéticamente. Cuando cogi su mano las voces de mi cabeza se callaron, y en seguida supe que había encontrado una medicina mejor que los ansiolíticos y los antidepresivos juntos. Las manos y la mirada tranquilizadora de una persona que lo más probable es que sea mi nuevo amuleto. Quiero más tardes de viernes donde poder callar las voces de mi cabeza solo con tocar sus manos.
Aunque creerá que estoy loca. Que en realidad es así.
Las manos, mi sustitutivo de orfidal. Quién lo iba a decir eh.
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