jueves, 5 de febrero de 2009

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Cuando ya no lo puedes soportar mas, te dejas caer en los brazos del enemigo, permitiendo que te posea, que penetre en tu piel, que corroa tus entrañas, que se alimente de tus sueños, que haga enloquecer tu pulso, consientes que ocupe tu desayuno, tu comida, tu cena aceptas su inconsciente mandato, te rodea allá a donde vayas, te ata de pies y manos, no te permite avanzar, te come la cabeza... Y te hace sentir tan bien.

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Ahora escribo en un cuaderno muy pequeñito todas las cosas que quiero ordenar en mis pensamientos. Lo llevo siempre encima, aunque much...