jueves, 7 de mayo de 2009

36

Espera sentada en el escalon. Juega con las mangas de su chaqueta nueva, que tienen un hilacho descosido por dentro. Está nerviosa. Es la primera vez que lo va ha ver tras dos años. Sonrie para si misma.
Dos largos años, que merecieron la pena aguantar sin sus ojos, sus sonrisas, su voz... Se siente orgullosa de si misma. Pudo soportarlo mejor de lo que creyó jamas y eso le hace ampliar la sonrisa, aunque no la aparta de sus mangas. Instintivamente se mira las uñas. Piensa que estan bien, que esa capa de esmalte transparente, les da un aspecto de mas cuidadas... Sabe que a él le chifla acariciar sus manos, cuando están sentados. Le dijo que era una mania suya desde pequeño. En esos dos meses, ella se las habia cuidado excesivamente, solo para que él se sintiera dichoso por acariciarlas. Sin anillos mucho mejor, y en la muñeca derecha, una pulsera muy casual y plateada, de simples eslavones pequeñitos y brillantes. Su pelo le cae descuidadamente por el hombro. Es morena, y se da cuenta de que le brilla el pelo al sol, con tonos caobas, lo suficiente, para impresionarle. Quiere que le diga lo guapa que está, y se ha esmerado muchisimo en peinarse y desenredarselo, para tenerlo suave y rizado, natural.
Ese dia ha probado a ser lo mas natural posible.
Se coloca el falso de los vaqueros con cuidado alrededor de sus converse negras, compradas el dia anterior, ya que segun parece se han puesto de moda. Igualmente se coje el borde de la camiseta y procura recolocarselo alrededor de la cintura. Una camiseta sencilla, de color gris y estrechita. Vuelve a sonreir al ver que en esos dos años, habia perdido unas tallas, a base de no comer apenas nada, pero solo de pensar que es para sorprenderle, le hace pensar que todo ha merecido la pena. No se ha pintado. Tan solo un poco de rimel para realzar las pestañas y debajo, sus ojos verdes, procurando parecer lo mas grandes posibles. El sol los aclara, y eso a ella le encanta. Desea que en algun momento del dia, él le coja de sus suaves manos, con la otra le acaricie su brillante y sedoso cabello y con una sonrisa de nieve la mire a los ojos y pronuncie unas deseadas y bellisimas palabras, que siempre ha soñado escuchar. Su corazon se acelera. Y le encanta esa sensacion. Ansia que se haga realidad, y que su corazon se le salga del pecho.
De tanto mirarse las mangas, se olvida de que el tiempo ha pasado y de que ya es la hora. Mira esperanzada a ambas partes de la calle, con las manos en el pecho, ansiando ver la silueta del chico. Pero no está. Piensa en calmarse, aun falta un minuto. Él nunca fue muy puntual de todas formas...
Se levanta con inferencia y da un par de pasos a su derecha; luego dos a su izquierda. Otros dos al otro lado y asi hasta que lo ve estupido. Para. Vuelve a juguetear con el hilillo de su manga, notando como el nerviosismo le sube por la tráquea. Un escalofrio la hace mirar atrás, aunque en vano mas que nada, por que no ve nada anormal en el paisaje.
Vuelve al escalon y se sienta, o se deja caer mejor dicho. Vuelve a soñar con esa linda escena, él frente a ella. Su corazon desbocado y sus manos unidas, como sus miradas.
Un par de minutos se sobrepasan, mientras no hace mas que darle vueltas y mas vueltas al hilacho. Este finalmente se rompe, y un suspiro, acompaña al hilo hasta el suelo.
Alza la vista y siente que su corazon estalla de felicidad al ver como alguien realmente familiar se acerca hasta ella. No sabe si sonreir. Tampoco sabe si es él, en realidad. El joven de pelo negro se para frente a ella y ambos se miran.
El chico tampoco sonrie, pero no aparta la mirada de sus ojos.
El corazon le late a mil por hora y no sabe como controlarlo.

- Cómo has cambiado...- Murmura su dulce e inconfundible voz.
- Hola...- Consigue articular con un debil hilillo de voz, cargado de incredulidad y alegria.

Sin mediar una palabra mas, ella no duda en abrazarle.
Muy fuerte. Y hundiendo la cara en su carbonizado cabello. Nota como tras su cabeza, una mano le recorre el cabello. Y entonces, se siente satisfecha al ver que habia resultado. Aspira una vez mas ese dulce aroma y se separa de él. Este procura encontrar sus manos y estratégicamente ella le mira a la cara, esperando enganchar su mirada de alguna forma. El sol le da en la cara, y eso hace que su autoestima suba por segundos. El chico le mira las manos, y las acaricia y recorre, por cada rincon.

- No sabia que te cuidaras tato las uñas.- Comenta.
- Una mania que cogi de mi hermana...
- Me gusta.

Afirma, haciendola la persona mas feliz del mundo. Procura controlar su respiracion, pero antes de poder intentarlo, él alza la vista y apartandose el flequillo con un grácil movimiento de cabeza, la mira a los ojos. Los suyos son oscuros, marrones... Los mas perfectos para ella. Sonrie instintivamente y nota como él tambien controla una entrañable sonrisa.

- Siempre envidiaré tus ojos. Tenlo presente.

Confirma con una sonrisa. Un apreton de manos la hacen cercionarse de que aun no la ha soltado. Se siente feliz. No fluyen mas palabras entre ellos, y el ambiente parece cargado de un perfume suave y relajante. Una de las manos del muchacho se alza para acariciarle el cabello, bastante interesado en recorer cada uno de los rizos con los dedos.

- Te he echado de menos.

Advierte volviendo a sonreir.

- Y yo a ti tambien.

Responde, coincidiendo.

- ¿Sigue abierto el sitio ese donde servian cariño y bondad gratis?

Ella se sorprende de la forma que ha tenido de preguntar. Pero no tarda en desextrañarse. Él siempre fue asi de especial. Eso le encanta.

- Dia y noche.
- Pues ahora mismo, necesito un buen trago de ambas cosas.
- Esta bien. Sirvase usted mismo.

Y rapidamente, las distancias se estrechan, los aromas se funden en uno, volviendose intensos y embalsamadores; Sus labios se unen y sus corazones se apresuran a llevar el mismo ritmo desenfrenado y progresivo.
Mariposas comienzan ha ascenderle por el estomago. Es muy feliz, la que más, incluso. No quiere soltarlo nunca mas. Lo quiere ahi, con ella, besandola, empapandola de ese olor tan caracteristico suyo.
Está disfrutando. Ese calor le resulta raro, extraño, pero intenta familiarizarse al máximo con él.
Es perf..........

























































¡¡PUM!!
¡¡DESPIERTA AHORA MISMO Y DATE CUENTA DE QUÉ ERES, QUIÉN ERES Y DE DONDE MIERDAS ESTAS, jODER!!

La peor de las pesadillas es soñar con lo insoñable.

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Ahora escribo en un cuaderno muy pequeñito todas las cosas que quiero ordenar en mis pensamientos. Lo llevo siempre encima, aunque much...