Hoy la vi. El destino [qué destino si eso no existe (qué poética, já)] quiso que volviera a cruzarme con ella. Pero me tocó una posición privilegiada. De forma que pude reírme tranquilamente pensando: Me alegro de no haberme sentido culpable por una vez.
Nota puntual: Odio los hospitales.