sábado, 3 de septiembre de 2011

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Ayer entrené por primera vez en tres meses. Tenía miedo. ¿Quién me echaría de menos? Solo fui para poder probar por última vez esa irresistible droga. Pero gracias a lo que sea que fuera, esos tres meses no hicieron mella en absoluto. 
¿Que no juegas?¿Qué dices Aki? Anda no digas pegos. 
Casi me echo a llorar. Comenzaron a llover ideas de todo tipo. 
No vayas a clase, escaqueate, haz la rata... ¿No es lo mismo? 
Unas risas. Como las echaba de menos.
Vamos capi, que aunque no vengas a entrenar, tu juegas con nosotras. Te queremos guiándonos por el campo.
Toma, rellena este papel. No, yo no... He dicho que lo rellenes. No me vale un no por respuesta.
¿Cómo que este año no juegas? Pero tia...
Quieren que juegue los partidos sin entrenar... Que fe.
No tia, yo te ayudaré. Por las mañanas, deporte, te duchas, estudias, comes y a clase. Es una vida modélica, y tu puedes hacerlo tía.
Vale vale. Más risas. Quizás sea posible.
Claro que si tía, si quieres puedes, esto es rugby.

No lo dejes nunca.

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