Hoy es mi cumpleaños. Cumplo dieciocho. De golpe tengo miles de responsabilidades que jamás me habría planteado. No tengo otra cosa mejor que hacer que intentar recordar todo lo que han abarcado mis diecisiete años. Todo comenzó en un vestuario, lleno de hombres, amigos, en boxers haciendo un corro alrededor mía y sacando de la nada una tarta de cumpleaños que no me esperaba en absoluto y que activó mi corazón de forma brusca, hasta tal punto que comencé a llorar disimuladamente, pues por otro lado me reía, me reía un montón, a carcajadas, no podía mirarles a la cara pues si no, me reiría más. Todo fue rugby, nata, fresas, una piscina llena de alemanes, cerveza y... mi mejor cumpleaños sin duda. El que jamás olvidaré y el que más me acelera el corazón cuando lo recuerdo. Estaba él, él lo planeó todo, el fue el obrador y el que hizo posible... y siempre ha hecho posible que yo sonría.
Han pasado muchas cosas durante este año. Mi memoria no consigue recordar la mayoría, y eso me asusta. Estoy asustada y mucho. Hay tantas cosas que no recuerdo, y hay tantas esperanzas puestas en el día de mañana que no se si seré capaz de aceptar que... no se como decirlo... ¿crezco?¿envejezco?¿avanzo? No puedo soportar la idea de dejar atrás más cosas de las que van a acontecer. Me da miedo olvidar y no saber recordar. A cada año que pasa me da la sensación de que pierdo más de lo que gano.
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