No puedo dormir.
Las sabanas me pinchan la piel.
No estoy comoda. Con nada, con nadie... Ni conmigo misma.
Todo en mi cabeza da vueltas. Cierro los ojos y es igual que si los mantuviese abiertos. Todo se ve oscuro, negro, amenazador...
Me veo incapaz de defenderme. Me siento debil, vacia de todo y llena de nada. Llena e especulaciones, de falsedades, mascaradas y sonrisas forzadas.
No tengo fuerzas para nada. No quiero intentarlo más...
Duele.
Os juro que duele.
En mi cabeza, en mi pecho, en mis manos... Se resquebrajan con cada mirada. Con cada palabra. Todo en mi se va destruyendo poco a poco, al mismo tiempo que mis recuerdos atraviesan mi memoria.
Soy capaz de engañarlos a todos, pero no soy capaz de engañarme a mi.
Tengo la sensacion de que todo podria ser mas facil si nada hubiera pasado. Si yo no me hubiera dejado llevar. Quizás, si hubiera rechazado sus labios, todo seria hermoso ahora. O al menos seria normal.
No puedo dormir. Me crujen las ideas. Me molesta pensar.
Y el corazon se queja a cada latido que golpea mi pecho con fuerza. Está ansioso, por ver, tocar, oir, oler y sentirle de nuevo.
Soñar juega muy malas pasadas. Recordar te puede dejar K.O.
Tengo frio ahi tumbada, como si nada pasara.
Le echo de menos. Se volvió una necesidad para mi. Y no entiendo por qué, ni con qué, ni cuando cai.
Ahora se perfectamente que cai.
Y no quiero levantarme.
Por que mis manos no son ya, mas que un manojo de huesos y venas, por las que tan solo corren tactos y sensaciones. Que deboran mi piel poco a poco. Mi cabeza está suspendida en una fraccion de segundo. Una escena maravillosa, cálida, placentera, de incalculable valor sentimental... Está encerrada en una dolorosa perfeccion.
Y mi corazon es como un toro joven, bravo y herido. Cansado de luchar contra las banderillas que se le clavan por doquier, y sin avisar. Late con dificultad y con fuerza a la vez. De vez en cuando se levanta, pero tan solo recibe otro puntillazo mas. No quiere imaginar que llegará un momento en el que le clavarán una espada hasta lo mas profundo de su ser.
No se va ha dejar matar.
Quiere rendirse, pero su orgullo se lo impide.
¿O quizás no sea orgullo?
Quizás es... Una luz... Brillante, viva, templada y esperanzadora.
Tal vez, sea que de alguna forma, ese corazon cansado y lleno de heridas, ve una salida, una esperanza...
Es posible que aun guarde un as en la manga.
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