Oscar Hernández (San Sebastián, 1976), el ganador del IV Premio Odisea de Literatura, abundó en este aspecto al señalar que “la literatura gay parece abocada a la sección erótica de las librerías, cuando en mi novela no hay escenas explícitas de sexo. He pretendido, sobre todo, transmitir sentimientos, hablar de personas que intentan quererse”.
Ícaros perfectos a los que no se les derriten las alas...
domingo, 7 de marzo de 2010
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