
Quizás ha sido el plato de arroz.
Quizás ha sido la agenda nueva y un te de canela.
O quizás simplemente fue el rugby. Que de nuevo me salva la vida.
O más bien ha decidido perdonármela en este sábado incierto. Ha pasado curiosamente rápido, y eso empezaba a echarlo de menos.
La soledad me sienta mal, por mucho que tu lo digas corazón.
Mañana será otro día del que no esperar nada. A ver qué nubes me acechan.
Mañana será otro día del que no esperar nada. A ver qué nubes me acechan.